¿Dónde está la igualdad de oportunidades?
En Andalucía, el gobierno de Moreno Bonilla, desde un credo neoliberal, está llevando a cabo un proceso creciente de privatización de los servicios públicos, ofreciéndolos al negocio de empresas privadas. Lo que más está movilizando a la población es el deterioro y la privatización de la Sanidad Pública, apareciendo plataformas y movimientos ciudadanos por toda Andalucía, además de algunas organizaciones sindicales, que convocan manifestaciones y concentraciones de protesta por todo el territorio.
Pero la privatización de la Educación Pública, aunque de magnitud parecida, está pasando más desapercibida, con menos protestas de asociaciones y sindicatos, y menos presencia en los medios. Esta privatización se lleva a cabo de diferentes maneras, según la etapa educativa, pero teniendo como objetivo la desarticulación de la red de enseñanza pública.
En la Educación Obligatoria, se cierran unidades en la enseñanza pública a la vez que aumentan los conciertos con la enseñanza privada, trasvasando alumnado a esta. Algo parecido ocurre con el Bachillerato, donde aumentan las autorizaciones a los centros privados para poder impartirlo.
Con respecto a la Educación Infantil, sobre todo el ciclo de 0 a 3 años, siempre ha existido una oferta pública reducida y se ha dejado hacer al sector privado. La privatización de este ciclo se gestó con el gobierno socialista de Susana Díaz y en ese camino sigue el actual gobierno de Andalucía. A pesar de su importancia, por su papel en la conciliación de la vida laboral y familiar, se está optando por conceder licencias y autorizaciones a empresas privadas, y aunque hay ayudas (bonificaciones), estas no llegan en cantidad, ni dotación suficientes, por lo que muchas familias tienen que buscar otras alternativas, sobre todo, ayuda familiar, para poder conciliar. Es vergonzoso que el Sr. Moreno Bonilla, para proteger la red de centros privados y concertados haya devuelto 119 millones de euros de fondos europeos destinados a la creación de escuelas infantiles públicas.
Algo alarmante se está produciendo en la Formación Profesional, donde hay una alta demanda frente a la reducida oferta pública, favoreciendo esto la expansión de los ciclos formativos a centros y academias privadas, que surgen como setas, pues han encontrado en la Formación Profesional un gran negocio, ya que los ciclos oscilan entre los 2.500 y 6.000 euros. Ante la falta de plazas en la formación profesional pública, la gente se va a la privada, pero, ¿quién puede pagar esos precios? Las familias con menos recursos, aunque reciban algún tipo de beca, no pueden costear esos estudios. ¿Dónde queda la igualdad de oportunidades en un supuesto sistema democrático?
El gobierno de Moreno Bonilla también está deteriorando la Universidad Pública para abrir paso, es decir, favorecer el negocio, de las universidades privadas. Cuando llegó al gobierno de la Junta en 2019, sólo había una universidad privada en Andalucía, la Loyola (católica); ahora, cinco años después, ya son tres las universidades privadas, pues se han sumado la Universidad online Utamed y la Universidad CEU Fernando III, en Bormujos (católica), ambas aprobadas por el parlamento a pesar de las críticas al procedimiento y a la baja calidad de los proyectos. Otros dos proyectos, con sede en Málaga, la Universidad Alfonso X el Sabio Mare Nostrum y la Universidad Europea de Andalucía, esperan la luz verde del parlamento andaluz, en manos de la mayoría absoluta del Partido Popular. La proliferación de universidades privadas favorece la desigualdad, porque los precios en estas universidades, aunque se obtenga una beca, son prohibitivos para la mayor parte de la población. Los Grados oscilan entre 4.300 euros (no presencial) hasta los 13.000 euros por curso. Los cursos de Máster oscilan entre 5.300 euros y 12.000 euros. Lo perverso del sistema es que al reducir plazas en la universidad pública y concederlas en la privada, quiebra el sistema de una supuesta y ya limitada igualdad de oportunidades, porque ahora ya no prevalece solo el criterio del mérito de los estudiantes (nota de acceso), sino que se impone una selección económica (recursos familiares), porque alumnos/as de bajos recursos económicos, que desearían estudiar determinadas carreras y no obtienen nota en la pública, quedarían fuera de esas carreras, mientras que otros alumnos/as, con menos mérito (menos nota de acceso), pero con más recursos económicos, sí podrán estudiarlas en universidades privadas. Si todas las plazas se ofertaran en la Universidad Pública, prevalecería el criterio de mérito sobre el de recursos familiares. Claro, desde la ideología liberal te dicen que te puedes pedir un préstamo para estudiar en la privada. Eso es lo que faltaba, y tal vez, lo que pretendan, como en Estados Unidos, que te hipoteques desde mucho antes de empezar la vida laboral. Así tendrá menos ganas de protestar por las injusticias y desigualdades sociales. Este proceso de de crecimiento de las universidades privadas se produce en todo el país. Mientras se reducen los recursos de la Universidad Pública, y se estanca su oferta educativa, se favorece que aparezcan universidades privadas que cada vez ofrecen más grados y másteres postgrado. Es el mismo proceso que en la sanidad, reducir lo público, empujando a la gente, en este caso al alumnado que se lo puede permitir, hacia la universidad privada.
Está clara la hoja de ruta del Partido Popular y del gobierno de Moreno Bonilla, beneficiar al sector privado de la enseñanza, en una mercantilización creciente, con la entrada de corporaciones y fondos de inversión en el negocio; y hacerlo sin disimulo alguno, profundizando en un camino privatizador por el que también transitaron gobiernos del Partido Socialista; una privatización de la educación que está generando mayor desigualdad social, dejando de cumplir su papel de favorecer cierta nivelación social.
Llama la atención el poco eco social y mediático, y la escasa protesta social, estudiantil y sindical, que la privatización de la enseñanza está generando, a pesar del daño social que está haciendo, sobre todo en los grupos sociales menos favorecidos. Si este proceso sigue adelante, habremos retrocedido más de medio siglo, cuando solo accedían a estudios superiores la gente con más recursos económicos.
Salud y lucha por lo público.
CNT Fernán Núñez.